ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN


El Papa, uniéndose a la Iglesia Ortodoxa en un gesto de profundo ecumenismo y de fe, nos pide que nos unamos (el martes uno de septiembre) a una jornada de oración, para pedirle al Señor, que aprendamos a respetar la naturaleza, que nos sintamos parte de ella misma, y de ese cuidado, esa vigilancia, para que cumplamos con la responsabilidad la tarea que el Señor nos dio, desde el comienzo mismo de la creación, de ser los custodios de la naturaleza humana y al mismo tiempo buscar un desarrollo que sea integral digno, con un respeto profundo de esos recursos naturales.



                               Oración


Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura.
Hijo de Dios, Jesús, por ti fueron creadas todas las cosas.
Te formaste en el seno materno de María, te hiciste parte de esta tierra, y miraste este mundo con ojos humanos.
Hoy estás vivo en cada criatura con tu gloria de resucitado.
Espíritu Santo, que con tu luz orientas este mundo hacia el amor del Padre y acompañas el gemido de la creación, tú vives también en nuestros corazones para impulsarnos al bien. Señor Uno y Trino, comunidad preciosa de amor infinito, enséñanos a contemplarte en la belleza del universo, donde todo nos habla de ti.
Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud por cada ser que has creado. Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos con todo lo que existe.
Dios de amor, muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra, porque ninguno de ellos está olvidado ante ti.
Los pobres y la tierra están clamando: Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura. Alabado seas.  Amén.

Comentarios

Entradas populares de este blog

16 de abril: Renovación de Votos de la Familia Franciscana

Día de los Derechos del Niño

San Francisco de Asís: la perfecta alegría.